domingo, 27 de octubre de 2013

TORTA




      Tras un parón técnico, más largo del que me hubiese gustado, debido a la ausencia de cámara de fotos (sí, mi móvil es tan básico que no tiene flash) retomo las actividades blogueras. No he dejado de cocinar en este tiempo, tengo varios post en el horno, y hoy presento un dulce muy casero y tradicional en mi tierra: la torta.

     En mi trabajo se generó cierta polémica pues a lo que yo llamo torta, ellos llamaban bizcocho. Para mí el bizcocho es el que lleva huevos, con las claras batidas y sin ninguna grasa añadida (vamos, el bizcocho genovés del que dí mi receta hace un tiempo, con la tortada murciana). Y la torta es la que lleva aceite incorporado. Quizás me empeciné en algo que, aunque tuviese un poco de razón, tampoco se la quitaba a los demás: cuántas recetas de bizcocho hay con mantequilla y con las claras sin batir en este mundo...

   Es una receta que pertenece al recetario de casa que presenté en otro de los post anteriores, de hecho en la libreta original, el título de la receta es "TORTA O MAGDALENAS DE OCHO HUEVOS", ya os he hablado de cuáles eran las tareas primeras que me encomendaban: el rallado de la piel del limón que lleva esta recetilla. A ver si rescato los moldes de magdalenas, con las medidas tradicionales debían de salir dos docenas...

 Es una masa muy tradicional en mi pueblo, no hay viaje que se precie de mi amiga María que no lleve una torta en el maletero, con una gran tableta de chocolate. Su madre, María también se llama, la hace sin necesidad de mirar un peso siquiera, hasta tal punto la tiene dominada. Además son innovadoras y buscadoras de ingredientes más sanos, te la pueden hacer de harina integral, con azúcar moreno, perfumadas con naranja en vez de limón... las combinaciones son amplísimas.





INGREDIENTES


 


         1/2 kg de azúcar blanquilla

         1/2 kg de harina normal

            4 huevos

          1´5 sobres de levadura royal (es decir, unos 24 gr de levadura química)

           1/4 de litro de aceite

           1/4 de litro de leche

           raspadura de un limón y (aunque no lo dice la receta), piel de limón y azúcar para adornar


    Antes se hacía a lo grande: la tasa (medida) es para una llanda de unos 80x50 cm., aquí la prueba:



  Tampoco hay muchos hornos que resistan este tamaño: en aquel entonces las opciones estaban claras: irte al horno de la Conina o al horno eléctrico de los panaderos del barrio. Hoy existe esa posibilidad en los hornos de leña caseros, hechos por el herrero del pueblo, en casa de mi madre hay uno, pero sólo lo encendemos en contadas ocasiones, la mayoría por navidad, cuando preparamos los dulces de la época.



 PREPARACIÓN


En primer lugar y para que dé tiempo a que se enfríe, calentamos el aceite, donde freimos piel de limón (¿cuánta?... pues es que depende tanto del limón que tengamos... es bastante difícil contestar a esto, quizás la piel de medio limón grande...)



 Yo creo que me quedé un pelín corta. Una vez frito el aceite con la piel del limón, hay que dejar que se enfríe totalmente.

Hecho esto, el orden que sigo es el siguiente, bato los huevos, e incorporo la leche:

 

   Y posteriormente el resto de los ingredientes, dejando la harina para la última: el aceite, el azúcar, la ralladura del limón, la levadura y luego, poco a poco para integrarla bien, la harina:



   Precalentamos el horno, 170 º, calor arriba y abajo. Esta masa es una de las que están tan buenas crudas:



   Ummm, qué rica... (sólo la probé de los restos que quedaron en el cuenco donde la hice... ah y está tan limpio porque utilicé esta bonita espátula de silicona, no por que me lo comiera todo, ; D)

   Vertemos la masa en un recipiente a nuestra elección, suele ser rectangular, aunque no hay ninguna directriz europea que nos obligue a una forma determinada. En mi caso utilicé un molde de pyrex, de unos 30 x 19 cm y que resultó bastante escaso para la cantidad de masa.

   Bastante opcional es poner un poco de azúcar por encima de la masa, pero muy interesante el resultado: una costra dulce, quebradiza y buenísima...




  La ponemos al horno, unos cuarenta minutos. Éste es el aspecto de la torta a la media hora:



Creció tanto que se le hizo una especie de sombrerete, con la capa de azúcar, era tan ancho la parte que sobresalía del molde o quizás más, que lo que quedaba por debajo... Para comprobar si está  un pinchazo en la parte más profunda, y si el cuchillo, o el palo de la brocheta que es lo que yo utilizo está limpio de masa, pues listo. Yo la tuve, en total, unos cuarenta minutos.

Y et voilá:




  Un pedazo de torta que no se salta ni tu peor enemigo.

  Unas fotos del corte:





        Buen provecho!
       Llevé la mitad al trabajo y la otra mitad me la quedé yo. Y seis días después todavía estaba buenísima: sin conservantes ni colorantes, tan sólo guardada en el horno para que no se resecase. Qué fácil y qué rica está...


         Alternativas, preguntas, posibilidades

  - Es totalmente recomendable acompañarla con un par de onzas de chocolate puro.... (no me hago responsable de posibles cambios en el tallaje)

  - Es bastante consistente, con un cuarto del trozo de la foto anterior, desayuno.

 - Mi amiga Carolina la aromatiza la masa con ralladura de naranja e incluye zumo de naranja en su composición (ya no sé si en lugar de la leche o parte de ella o además).

  - La harina integral, es también otra opción, si la utilizas queda algo más seca, pero también con un gran resultado.

   - Un inciso, revisando el texto para ver si había algún gazapo ortográfico (yo, que me tengo por buenísima ortográficamente hablando, cometo cada disparate...  - jo! no puedo dejar de hablaros de una anécdota que me hizo tambalear hace muy poco, y es el uso, nunca mejor dicho, de la palabra "huso horario" o "uso horario"... pontifiqué que era la segunda opción... pues de eso nada "huso horario" es lo correcto - gracias Huertas, hubiera vivido siempre en la ignorancia...), bueno a lo que iba, que me pierdo, pues eso, revisando me ha entrado la duda de si es "magdalena" o "madalena" y en un rápido vistazo a internet, parece ser que ambas están aceptadas, aunque algo más correcto es "magdalena". Yo siempre he pensado que viene de la frase tan común ".. lloras como una Magdalena", en referencia a las lágrimas de María de Magdala (María Magdalena), la bíblica figura...y es por la lágrima que las magdalenas caseras suelen llevar,.. o deberían... buscando imágenes de la dichosa lágrima, me he encontrado multitud de ellas donde aparece las magdalenas con copete, un truco para conseguirlo aquí, pero no he encontrado ninguna que reproduzca exactamente lo que digo.. no sólamente debe tener copete, sino que, además, deber resbalar por un lado un poco de masa..

   - Por cierto, no diré que soy anti-muffin,.. pero jamás he probado uno de ellos. Vale, si me voy a Nueva York o Londres - esto porque está más cercano a mis posibilidades- buscaré alguna pastelería donde los hagan, pero mientras tanto.. prefiero las magdalenas, con o sin copete...



4 comentarios:

  1. Un pequeño gran homenaje a nuestra querida familia de Murcia .
    Este fin de semana para desayunar, postre y lo que dure hemos hecho TORTA MURCIANA. Que buena, hice la receta tal cual y está para chuparse los dedos, aunque no me salió tan chula como la tuya, ni sabe tan bien como en tu terraza.
    Besos y hasta pronto. Loli.

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  2. Me encanta que pruebes mis recetillas, y además, te gusten. Yo he probado tus bizcochos y están tan buenos como esta torta...así que nada, en breve, intercambio cultural. Las fotos que me enviásteis preciosas. Un gran besazo para todos

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  3. Hoy para mi desayuno especial preraré la torta. Le añadí tres manzanas, un puñadito de pasas y un poquito de canela. Bueniiiiisima.
    Besos. Loli.

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  4. Loli, eres mi mayor fan... y además mejoras lo que publico... qué bueno tenerte. Un gran beso para tí y para todos los tuyos. Sois mi debilidad.

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